Guía de materiales sustitutos óseos
Los sustitutos óseos son hoy en día una alternativa fiable y segura a los injertos óseos autólogos para muchas indicaciones y además están disponibles en cantidades ilimitadas. Dependiendo de la situación clínica, factores como la indicación, la edad, la higiene, el biotipo, la altura ósea y el plan de tratamiento requieren un enfoque sofisticado con productos coordinados. Cada tipo de sustituto óseo presenta propiedades diferentes que pueden utilizarse como ventaja para responder de forma óptima a la situación clínica, así como a los requisitos del clínico y del paciente. Por ejemplo, los xenoinjertos, como cerabone® y cerabone® plus, ofrecen la ventaja de la estabilidad del volumen a largo plazo, mientras que los aloinjertos (por ejemplo, maxgraft®) favorecen una rápida remodelación natural en el propio hueso del paciente. Viceversa, los sustitutos óseos sintéticos (por ejemplo, maxresorb®) ofrecen una tasa de éxito similar y son una alternativa adecuada para los pacientes que rechazan el uso de aloinjertos o xenoinjertos, por ejemplo, debido a creencias religiosas o hábitos dietéticos.
Los xenoinjertos (por ejemplo, cerabone® y cerabone® plus) ofrecen una estabilidad de volumen a largo plazo en comparación con los aloinjertos y los injertos óseos sintéticos, debido a su integración ósea con una reabsorción sólo superficial. Por lo tanto, cuando se desconoce el punto de implantación o si se planea una restauración convencional, se recomienda el uso de material de injerto reabsorbible lento. Además, en la región anterior, donde el soporte óseo del tejido blando es esencial para lograr unos resultados estéticos óptimos, la estabilidad a largo plazo de los xenoinjertos es ventajosa para lograr resultados estéticos a largo plazo.
Para quienes prefieren trabajar con materiales sintéticos, el fosfato cálcico bifásico maxresorb® ofrece una alternativa válida, ya que favorece la rápida formación de hueso nuevo vital y garantiza una reabsorción controlada sin pérdida de volumen del lecho aumentado.
Los aloinjertos como los gránulos maxgraft®, ofrecen la posibilidad de una regeneración más rápida, permitiendo un reentrada al cabo de 3-4 meses (por ejemplo, preservación del alveolo) y ejercen una alta capacidad regenerativa biológica y una remodelación completa en hueso vital.
Por lo general, los gránulos pequeños proporcionan un mejor contorno de la superficie, especialmente en la región estética.
También son especialmente favorables cuando se utilizan para rellenar los huecos que quedan al trabajar con bloques óseos.
Además, las partículas pequeñas son preferibles para la regeneración de defectos más pequeños y defectos intraóseos.
Por el contrario, las partículas grandes son especialmente útiles cuando se tratan defectos más extensos (por ejemplo, elevación de seno).
Además del mayor volumen, el mayor espacio entre las partículas permite una mejor revascularización y mejora el proceso de regeneración.
Excepto cerabone® plus, que requiere hidratación debido al hialuronato que contiene, los materiales sustitutivos óseos botiss pueden aplicarse tanto en seco como en húmedo, por lo que no es obligatoria la rehidratación previa a la aplicación. Sin embargo, tras la hidratación, las partículas se adhieren entre sí, lo que facilita su aplicación en el lugar del defecto.
Independientemente del tipo de material sustitutivo óseo utilizado, la aplicación de una membrana y la cobertura completa de la misma es importante para inmovilizar las partículas, minimizar los micromovimientos y evitar el crecimiento de tejido blando en el defecto óseo. Cuando se tratan defectos fuera del contorno de el reborde alveolar, puede resultar ventajosa la fijación de la membrana mediante clavos o tornillos. El cierre de la herida sin tensión es de suma importancia para el éxito del tratamiento, ya que ayuda a reducir significativamente el riesgo de complicaciones como la dehiscencia. Debe ser posible la movilización solapada del tejido blando antes de la sutura.
Cada tipo de sustituto óseo presenta características diferentes que pueden utilizarse como ventaja para adaptarse a la situación clínica, así como a los requisitos tanto del clínico como del paciente. La mezcla de los materiales sustitutos óseos botiss con virutas de hueso autólogo no es necesaria pero sí posible. Por ejemplo, la mezcla de cerabone® con hueso autólogo añade una actividad biológica (propiedades osteoinductoras y osteogenéticas del hueso autólogo) y favorece una regeneración más rápida.
Si no es posible o no se desea extraer virutas autólogas, se puede combinar el potencial biológico de maxgraft® y la estabilidad a largo plazo de cerabone®.
Las distintas combinaciones han demostrado su eficacia en diferentes enfoques quirúrgicos, como la técnica Sandwich y la técnica Khoury.
Por lo general, tras los procedimientos realizados con cerabone® y cerabone® plus se recomienda un tiempo de cicatrización de al menos 6 meses antes de la reentrada para garantizar una integración estable de las partículas.
Aunque los resultados clínicos demuestran una regeneración algo más rápida de los defectos tratados con maxresorb® sintético, se recomienda seguir el mismo protocolo de tratamiento que para los materiales bovinos.
Dependiendo de la morfología del defecto, el tiempo de cicatrización de los gránulos maxgraft® es de 3-4 meses (por ejemplo, preservación del alveolo, defectos óseos más pequeños, defectos periodontales).
En estos casos, la reentrada con colocación de implantes debe realizarse con prontitud para evitar la reabsorción ósea.
Por otro lado, si el momento de la implantación no está claro, se planea una restauración puente o se necesita un soporte de volumen a largo plazo, deberá utilizarse un material no reabsorbible como cerabone® o cerabone® plus.